Trastorno obsesivo compulsivo
El trastorno obsesivo compulsivo (TOC) es un trastorno de ansiedad en el que el niño o adolescente presenta generalmente obsesiones y también compulsiones, aunque a veces puede presentar sólo una de las dos. Al menos alguna vez el niño reconoce que las obsesiones o las compulsiones son excesivas o absurdas.
Estos comportamientos repetitivos tienen por objeto prevenir o reducir la ansiedad o evitar que pase algo malo, aunque no tienen conexión con la acción que intentan prevenir o son claramente excesivas.
Casi en el 90% de los casos de pacientes con TOC se asocian otros trastornos, especialmente episodios depresivos y con menos frecuencia con cuadros de ansiedad y con tics (como ocurre en el síndrome de Tourette).
¿Cuáles son los síntomas más habituales?
El componente obsesivo son palabras, ideas, imágenes o creencias repetitivas, reconocidas por el sujeto como irracionales o molestas.
Los contenidos más frecuentes son de miedo a la contaminación (a infectarse, a secreciones corporales, etc.); dudas e inseguridad (a padecer una enfermedad grave, escrúpulos morales, etc.); necesidad de simetría y de orden en las cosas y rechazo a la suciedad. Los niños tienen estos comportamientos porque sienten que de esa manera prevendrán acontecimientos malos o harán que se sientan mejor. Sin embargo, el comportamiento no está conectado normalmente a un peligro real o a algo malo que esté sucediendo o, a su vez, el comportamiento es extremo, como lavarse las manos varias veces en una hora.
Las compulsiones son comportamientos o actos mentales también repetitivos que la persona se ve obligada a realizar para frenar una obsesión o siguiendo unas reglas estrictas. Pueden ser sencillas o alcanzar mayor complejidad (rituales). Aunque alivien temporalmente el componente obsesivo, son vividas como molestas y como irracionales o desproporcionadas.
Destacan las compulsiones de evitación del contacto frente a una posible contaminación; o de limpieza-lavado frente a las obsesiones de suciedad; o de orden en las necesidades de simetría o de comporobación para el componente de inseguridad. Con frecuencia se asocian a una marcada incapacidad de decisión y enlentecimiento.
Los síntomas más habituales son:
- Temor a contaminarse.
- Necesidad de simetría.
- Lavarse.
- Ordenar.